El Bada Huesca resurgió en los cuatro últimos minutos, después de haber ido perdiendo todo el partido, y derrotó al recién descendido Secin Alcobendas por 27-29. Al conjunto madrileño, colista de la competición, sólo le quedaba luchar por la honra y regalar una victoria a su afición, que sería tan solo la tercera de la temporada.
Y lo intentó con ganas. El Alcobendas se empleó con entusiasmo desde el pitido inicial, dominando casi toda la primera parte. Una cerrada defensa 6-0, con el bielorruso Dzmitry Patotsky inspirado bajo los palos, y un contragolpe letal permitió a los de casa dominar el marcador.
El entrenador visitante, José Nolasco, tuvo que pedir un tiempo muerto con 7-3 abajo en el electrónico. El Huesca no acertaba a perforar la aguerrida defensa local ni a parar sus contragolpes. Pero todo cambió a partir del minuto22 con una doble exclusión en el Alcobendas. Crespo y Thorsson dejaron en doble inferioridad numérica al Alcobendas y su rival, con Camas muy efectivo, endosó a los locales un parcial de 0-5. Cuando regresaron los excluidos, la ventaja madrileña se había evaporado (13-13). Oier desperdició un penalti para el conjunto oscense en el último segundo y la primera mitad acabó en tablas.
La segunda parte empezó bajo el mismo signo que la primera. El Alcobendas luchaba a muerte en defensa y en ataque, robó balones y puso en el juego un entusiasmo que parecía faltarle al Huesca, cuya defensa dejaba muchos huecos. Pero el marcador, siempre favorable a los locales, se mantenía en un margen muy estrecho. El Huesca cerró filas, se hizo menos previsible en ataque y se mantuvo siempre en el partido (23-23 y 25-25).
Pero en la última fase el Huesca demostró más oficio. Tomó la delantera en el minuto 57 (26-27) y ya no dejó escapar la presa. Un disparó desde 9 metros de Filipe Mota y otro por bajo de Gonzalo Carró sentenciaron la contienda en el último minuto.
